Así podría avanzar el planeta hacia un 100% de energías renovables

Una rápida transición a la energía eólica (terrestre y marina), hidroeléctrica, mareomotriz, y solar podría evitar un cambio climático catastrófico. Y este camino está al alcance de los 139 países que apoyaron el Acuerdo de París. ¿Con qué rapidez podría la mayoría del planeta dejar de depender del carbón, el petróleo y el gas? Por 124.7 billones de dólares, todo podría suceder quizás en unas pocas décadas.

Una rápida transición a la energía eólica (terrestre y marina), hidroeléctrica, mareomotriz, y solar podría evitar un cambio climático catastrófico. Y este camino está al alcance de los 139 países que apoyaron el Acuerdo de París. ¿Con qué rapidez podría la mayoría del planeta dejar de depender del carbón, el petróleo y el gas? Por 124.7 billones de dólares, todo podría suceder quizás en unas pocas décadas.

 

Esto es según las últimas investigaciones llevadas a cabo por el profesor de ingeniería civil y ambiental Mark Z. Jacobson, en la Universidad de Stanford. En un nuevo estudio publicado en la revista científica arbitrada Joules, Jacobson y varios coautores detallan ‘la hoja de ruta’ para que 139 países avancen hacia la meta de un 100% de fuentes de energías limpias y renovables para el año 2050, es decir, energía eólica, hidroeléctrica y solar para todos los fines energéticos.

Desde Albania hasta Zimbabwe, los autores muestran cómo electrificar los sectores con muchas emisiones mediante las energías renovables podría ayudar a evitar un calentamiento global catastrófico, evitar millones de muertes y aumentar el acceso a la energía en todo el mundo.

Este documento se basa en trabajos anteriores de Jacobson que demostraron cómo Estados Unidos por sí solo podía hacer esa transición y a un costo bastante ‘razonable’, dados los terribles inconvenientes de un calentamiento global provocados por los combustibles fósiles. El reporte ha sido ampliamente utilizado por los defensores de la energía renovable, y este nuevo trabajo probablemente sea igualmente influyente.

En él, los autores comienzan por estimar la demanda promedio anual de energía de 139 países para el año 2050, tanto en un escenario sin cambios (BAU, del inglés business-as-usual) como en un escenario donde toda la energía provenga de fuentes eólicas, hidroelécticas y solares (WWS, del inglés wind, water, solar). Para cada país, los investigadores analizan los recursos ambientales disponibles (como los techos para paneles fotovoltaicos, las costas para la energía mareomotriz y el campo abierto para las turbinas) para determinar la combinación de tecnologías solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica necesarias para satisfacer esa demanda (Jacobson excluye la energía nuclear de sus recomendaciones, debido a sus impactos ambientales y los riesgos de seguridad).

El camino trazado para el cambio de fuentes de energía de aquí a 2050. En azul y celeste, la energía eólica; en rojo y naranjo, la solar (Joule).

Basándose en anteriores análisis, los investigadores estiman cuánta capacidad de almacenamiento de energía necesitaría cada nación para enfrentar las fluctuaciones en la oferta y la demanda. Para pasar a un 100% de energías renovables en el año 2050 (y un 80% en 2030, el otro punto de referencia del estudio), ninguna combinación de fuentes es prácticamente igual: Sudán podría depender mucho de los paneles solares en los techos, mientras que Suiza dependería de la energía hidroeléctrica. Estados Unidos podría apoyarse en la energía eólica.

Si estos planes se implementaran totalmente, un 58% de la energía mundial podría provenir de la energía solar, un 37% de la eólica y el resto de la hidroeléctrica, geotérmica, mareomotriz y del oleaje. En todo el mundo, todos los hogares, empresas y gobiernos cambiarían a aparatos eléctricos y sistemas de calefacción, además de autos, trenes, barcos, aviones y vehículos pesados.

Ese nivel de transformación suena desalentador e increíblemente caro: Jacobson y los coautores sitúan el costo inicial de la instalación de casi 50 teravatios de tecnologías eólica, hidroeléctrica, y solar en todo el mundo en la sorprendente cifra de 125 billones de dólares.

Pero eso es barato, considerando las alternativas, escriben los investigadores. Una transición masiva entre los 139 países que ratificaron el acuerdo de París puede ser la única manera de cumplir el ambicioso objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5º C. Para el año 2050, la descarbonización de las redes eléctricas también podría evitar cerca de cinco millones de muertes cada año por contaminación ambiental, según la estimación de Jacobson, y ahorrar anualmente los 28 billones de dólares que costarían los efectos catastróficos del clima cambiante sobre las costas, la pesca y la agricultura, y las muertes causadas por el calor, el hambre, la sequía, los incendios y las condiciones meteorológicas adversas.

Si bien el estudio predice que ciertas tecnologías —tales como las baterías y el almacenamiento subterráneo de energía térmica— serán sustancialmente más eficientes en las próximas décadas, casi todos los generadores de energía, sistemas de almacenamiento y reemplazos eléctricos sobre los que Jacobson basan las hojas de ruta ya están comercialmente disponibles y son ampliamente utilizados. Hay pocas excepciones notables.

Los aviones eléctricos son un ejemplo de esto: probablemente demorarán al menos 30 años en levantar el vuelo. Pero ya, más de 95 empresas internacionales y más de 30 ciudades se han comprometido a adoptar un 100% de fuentes de energía limpias y renovables.

Las afirmaciones de Jacobson son audaces, incluso atrevidas. Sin dudas, tienen sus detractores. Un documento arbitrado publicado en PNAS en junio puso en entredicho parte de sus metodologías, como el grado en que es probable que la tecnología de almacenamiento mejore pronto, y si una combinación de ‘energía limpia’ que excluya la nuclear podría ser completamente fiable. Estas disputas en gran medida se reducen a supuestos diferentes acerca de lo que es ‘económicamente viable’, lo cual es más que nada una cuestión política.

Nadie discrepa de que alcanzar el 100% de energías renovables es tecnológicamente posible. En Estados Unidos, la generación de energías solar y eólica ha superado con creces las previsiones hechas hace cinco años. Contrario a las conclusiones de un muy esperado nuevo estudio federal encargado por el Secretario de Energía, Rick Perry, las energías renovables se están volviendo más y más fiables.

El “Gran Eclipse Estadounidense” del lunes proporcionó una prueba natural a esa cuestión que ensombrece al sector, sin siquiera un parpadeo en los mayores estados productores de energía solar. Las hojas de ruta de Jacobson no son una predicción de lo que ocurrirá. Son posibles rutas hacia un futuro libre de combustibles fósiles, si la voluntad política y social es lo suficientemente grande como para seguirlas. (CITI LAB)

30/08/2017

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