La esperanza de los buques impulsados con Gas Natural Licuado (GNL)

El gas natural sigue consolidándose como un combustible versátil que además de calentar el agua de nuestras casas y alimentar la calefacción o la cocina de hogares y negocios también es capaz de acometer otras tareas. Hoy en día es posible conducir coches de gas natural, también aviones, trenes y hasta barcos.

El gas natural sigue consolidándose como un combustible versátil que además de calentar el agua de nuestras casas y alimentar la calefacción o la cocina de hogares y negocios también es capaz de acometer otras tareas. Hoy en día es posible conducir coches de gas natural, también aviones, trenes y hasta barcos.

 

De hecho, ya hay enormes buques que surcan las aguas del mar Mediterráneo con gas natural licuado (GNL) -y no gasóleo- en sus depósitos, asimismo, este combustible respetuoso con el medio ambiente y eficiente a nivel energético también se utiliza para calentar invernaderos, estadios de fútbol o grandes fábricas.

Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, casi el 90% del comercio exterior de mercancías de la Unión Europea se transporta por vía marítima, considerada la más barata para transportar mercancías por el mundo. Aunque el porcentaje del sector por lo que se refiere a emisiones es inferior al del transporte por carretera o el transporte aéreo, su impacto medioambiental no ha parado de aumentar en los últimos años.

La industria naviera emite aproximadamente 1.000 millones de toneladas de CO2 cada año
En este sentido, los cálculos oficiales apuntan que la industria naviera emite aproximadamente 1.000 millones de toneladas de CO2 cada año y se prevé que esta cifra aumente hasta los 1.600 millones de toneladas en 2050.

Asimismo, los datos más recientes de la Organización Marítima Internacional (OMI) demuestran que si no se adoptan medidas, las emisiones procedentes del transporte marítimo aumentarán hasta un 250% en 2050, lo que representa el 17% de las emisiones globales.

Gran parte del problema de base que tiene el sector naval es que depende mucho de los combustibles fósiles para alimentar sus motores, en particular el llamado “combustible de caldera”, que es una mezcla de combustibles menos refinada, más contaminante y más barata.

Además se produce el hecho de que los barcos desempeñan su actividad en mar abierto, haciendo que el control de sus emisiones sea menos preciso. Sin embargo, cuando la navegación es costera, el impacto de las emisiones resulta evidente.

En cualquier caso, el uso del combustible de caldera produce dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno que provocan lluvia ácida y generan partículas finas que afectan tanto a la población en tierra firme como los ecosistemas marinos.

Según algunos estudios recientes de consultoras como Deloitte, el transporte por ferrocarril, marítimo y aéreo de España emite alrededor de 6 MtCO2 equivalentes a la atmósfera. Esta realidad que alerta cada vez más a la sociedad subraya la necesidad de adoptar el gas natural como combustible alternativo para avanzar en la “descarbonización” del transporte por ferrocarril y marítimo.

Una de las grandes ventajas del gas natural aplicado en el transporte marino de personas o mercancías es la reducción de emisiones. En este campo cabe destacar que el gas natural no genera óxido de azufre y reduce en al menos un 80% el de nitrógeno. Asimismo, no genera emisiones de partículas y reduce el 25% las de dióxido de carbono.

De hecho, si cambiáramos el combustible actual que utilizan la mayoría de los barcos, que son derivados del petróleo, por gas natural, se mejoraría la calidad del aire de las ciudades y se contribuiría en la lucha contra el cambio climático.

Paralelamente, este cambio supondría también un ahorro económico para las compañías de transporte, que podría repercutir positivamente en el precio que los usuarios y compradores pagan por todos aquellos productos y servicios que dependen de este sector.

En el caso de España se están haciendo pasos decididos hacia la extensión del gas natural como combustible del sector marítimo que permiten ser optimistas y verlo como “una realidad”. Un ejemplo de ello es el esfuerzo conjunto hecho por la naviera Baleària, una de las empresas líderes que tiene las rutas en las Baleares, Ceuta, Melilla y el norte de África, y Gas Natural Fenosa, que han impulsado la puesta en marcha del primer barco de pasajeros con un motor auxiliar de gas natural en España.

Se trata del buque Abel Matutes, un ferry que opera diariamente la ruta Barcelona-Palma de Mallorca, uno de los trayectos más populares que transporta cada año decenas de miles de personas, vehículos y mercancías. Si esta ruta, y todas las demás, se hicieran con barcos y ferrys de gas natural, el impacto ecológico seria gigante, mejorando la limpieza y el respeto a los frágiles ecosistemas del “Mare Nostrum”.

El pasado mes de marzo, al poner en marcha esta iniciativa del motor de gas natural, los responsables de Gas Natural Fenosa y Baleària subrayaron la trascendencia del proyecto para ambas compañías. El director general de Negocios Minoristas de Gas Natural Fenosa, Daniel López Jordà, afirmó que el proyecto es una apuesta importante de la compañía por la innovación “con el objetivo de lograr una mejor calidad del aire, tanto urbano como en el ámbito portuario”.

Baleària construye dos buques propulsados por gas natual para sus rutas en el Mediterráneo
“El gas natural será un protagonista clave en los próximos años en el sector del transporte, por su clara contribución a la reducción de emisiones y de partículas en suspensión”, agregó.

Por su parte, el presidente de Baleària, Adolfo Utor, señaló que este proyecto supone el primer “paso firme” en la apuesta de Baleària por el gas natural, ya que la compañía tiene en este momento dos buques en construcción que serán propulsados con esta energía limpia.(EL NACIONAL)

18/12/2017

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